Otra vez, lamento que los sindicatos se muevan por ambiciones de feudo y falten a la verdad.
Bulos van y bulos vienen, pero la historia que se cuenta es parcial, imprecisa y mala leche.
Desde la simple aseveración de Lenín Hernández donde dicta que " "los ebais no hace cirugías", lo cual contrasta con el hecho mismo de que COOPESAIN lo ha hecho durante años en contratos que la CCSS adjudica en otro cartel.
Ya sea mala fe o desconocimiento, el tonto que abra la boca arriesga tragarse una ballena y es eso lo que pasa con el señor Hernández que hoy no pelea por una causa cierta, sino por imponer la territorialidad de sus agremiados sobre la seguridad de otros trabajadores.
He olfateado por circunstancias personales el calvario que viven las cooperativas gracias a la malicia sindical. De hecho, creo que hace tiempo han debido poner las cosas en su lugar y puntualizar respuestas contra la fantasmagoría creada por parte interesada.
Han sido tan tímidos en la lid que la gente no sabe que los ebais han sobrevivido trabajando con las uñas y haciendo ajustes presupuestarios internos, pues los analistas del Estado actúan con mezquindad y luego brincan si los oferentes denuncian la ruinosidad de las condiciones.
Asimismo se dan el tupé de exigir estandarizaciones tecnológicas e incrementos de personal, los cuales no negocian. Estas imposiciones onerosas hacen ver desmesurados los montos a pagar, pero es que se está comprando dos contratos de muy distintas dimensiones. Ergo, la extensión del contrato a diez años obedece a darle viabilidad a las peticiones que, de otro modo, derivan absurdas porque el retorno de tales inversiones requiere seguridades matemáticas, laborales, financieras. Es esa vaina que llaman continuidad y de la que los sindicatos no parecen preocuparse mucho: prueba de ello es que el sector salud está lleno de interinos.
No omito señalar con toda la malicia del mundo que quizá el hecho de que los sindicatos amparan a laborantes del Estado convierte a toda esta narrativa en una voz condicionada y por lo mismo coincide la voz de las oficinas de contratación con la verborrea gremial.
Habría que picar más hondo y ver de dónde sacan las tarifas de referencia, las condiciones cambiarias a futuro, la estimación de los nuevos servicios, los cuales siempre han sido competitivos en las cooperativas de salud.
Yo que durante añis contrasté con el Estado y autónomas, sé que muchas se saltan la ley para tendir el presupuesto, imagino que los mueve el afán de un ascenso en el organigrama. Y, sin embargo, hay leyes, sentido común y criterios de sostenibilidad de los cuales, estos dirigentes que han perdido el pensar de tanto pensar sin entender, no parecen preocuparse.
Chuminosmás, chuminos menos. Esta vez lo que juegan los sindicatos es filiación y cuotas. Dinerillo que su caes en la trampa, se te va de la planilla y nada cambia.
Verdad que cansa.