COMENTANDO

 MORDAZAS, DISCIPLINA


No hace falta ser conspiracionista para entender que los poderes económicos dominan todas las esferas con ayuda de los medios y del hambre que genera subordinación de la conciencia.

Nos enseñaron de chicos a obedecer, a amar la disciplina por ser la disciplina misma. Es decir, los medios como finalidad porque lo que importa es perpetuar el modelo y eso se consolida con obediencia. Nos han saturado de mitos que dicen que somos una sociedad de benevolentes, de cero contradicciones y que debemos agradecer al buen amo.

Suena a política social, pero ideológicamente es fascismo. Esta doctrina de la generosidad del que manda y que pretende pacificar la voluntad de los sometidos, está presente en el relato de Metrópolis, premonición del nazismo y que suda prejuicios y clasismo por todas partes.

Por eso es triste ver que tanta gente estudia comunicación o cualquier profesión liberal para verse atrapada entre la doble moral del sistema. El especialista que debe someter su voluntad a la de un jefe corrupto que píde validar un diagnóstico equivocado, el profesor al que le piden adoctrinar desde el miedo y el prejuicio porque encontró su pan educando párvulos al servicio de una corporación mojigata que se vende o posiciona a través del puritanismo, los asesores legislativos que trabajan para elementos mefistofélicos como nuestros políticos de derecha... ¿cómo podrán dormir tranquilos?

Y es que está la evidencia que el que no se pliega a las redes de corrupción, con frecuencia acaba relegado. No importa la hoja de vida, sino la voluntad de cotilleo pro poder y la incondicionalidad.  Si te piden validar, te jodiste. Tal vez te den un huesito para que no ladres si obedeces.  De otra manera, pasan tu oficina a un galpó´n donde guardan los suministros de limpieza. Ya esto no es metáfora, lo vi pasar en instituciones varias. 

Estas personas, entonces, cuando se les pide manifestarse en función de su empleo, vienen con gran mordaza. Yo, por ejemplo, deliro con el conflicto venezolano donde un par de bribones inventan haber ganado una elección sin presentar nada y desconocen por conveniencia la voz del órgano electoral oficial.  Y ¿por qué se les ha de creer? Pues por simple poder, por cosas de geopolítica y petróleo, porque el imperio lanza línea y la OTAN obedece no vaya a ser que cualquier mandatario de la zona se gane de enemigo al resto, lo que puede significar una bala o un golpe de Estado.

Es que es falso aquello que dicen que la disciplina ha muerto. Ésta se impone discreta bajo la doctrina de la amenaza y la sanción del poder que genera gente en la periferia que, a pesar de sus cualidades, termina etiquetada como paria y países que, a pesar de sus riquezas y justo por ellas, enfrentan bloqueos crueles en nombre de una democracia que no es tal, sino un ritual del dios de la abundancia, ahora enfermo de avaricia.

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