OPINIÓN- CCSS Y COOPERATIVAS

 

LA PRENSA COMO FUENTE DE AGUAS RESIDUALES

Ha pasado por fin y es el colmo. Tanto la presidenta suspendida de la CCSS como administrativos de dos cooperativas han salido a explicar —bastante puntualizadamente en el caso de los representantes de la economía social— que no existe sobreprecio en el manido cartel de los ebais, sino una mayor contratación de prestaciones de servicios que justifican el pago adicional.

Pero si usted lee los titulares y ve las actitudes de los llamados periodistas, cabe preguntarse qué ejercicio han tomado que les lleva a desnaturalizar la verdad retorciéndola, impregnándola de mierda. “Ah, la malicia vende”, les habrá dicho algún tutor mediocre por lo que prefieren ejercer el periodismo de cloacas que exponer una verdad a secas.

Dos ejemplos de ello, el Telediario de Multimedios y El Mundo CR-. En el caso primero,  el hombre que entrevista enfatiza sobre una declaración mediocre de la Sra. Esquivel que no llega documentada a la entrevista, pero que me permito disculpar si consideramos que en estos momentos le han vedado el acceso directo a la información y solamente puede hablar “de memoria”, lo cual debilita  su gesto.  Lo importante para el oficioso de los chismes es que haya un bache —lo cual no es cierto, sino que la jerarca no accede a toda la documentación— cosa que, sin embargo, desglosan bien los funcionarios cooperantes. No obstante, la voz narradora hinca allí donde se siembra la desconfianza desvirtuando la voz del consultado.

De El Mundo CR ya estamos habituados al sesgo. Tanto en este gobierno como en el anterior, leer el pasquín es perder el tiempo, es nutrirse de basura. Uno imagina —y tiene motivos para ello— que lo que pasa es que se hace copy-paste. Para no gastar en recursos humanos, se recorta y pega y se le mete una glosilla para no pasar por plagiario.

Eso no merece comentarse, pero vamos a enfatizar que, si bien citan la fuente de Multimedios, el titular es ominoso, propio de una conciencia cochina, dispuesta a hacer de la información, porno duro y desinformación.

“Marta Esquivel admite sobreprecio de ¢12.400 millones en contratos con cooperativas” titulan sin que los dedos le tiemblen al digitar tal blasfemia. No tengo nada a favor de una señora que me parece que ha sido nociva para la salud pública, pero tampoco tengo nada contra una verdad específica, de la cual conozco lo suficiente. (Ya lo he dicho, lo vivo de cerca).

Lo que se gana este periodismo panfletario es que en los comentarios de redes les digan de todo. Porque luego al leer la noticia, la mala leche resulta innegable para cualquier usuario que se tome el tiempo. Es, sin embargo, el daño que infringen sobre la opinión del ciudadano descuidado y más omiso, el que solamente leerá titulares, que logran erosionar la fe en las instituciones costarricenses, ya sean estatales o de la economía social.

En esto enfatizo, cómo les cuesta mencionar a ASEMECO como parte involucrada, el cual es el único agente privado en esta cuestión. Los que desconocen que el cooperativismo, carece de retribución al capital porque no tienen patronos, sino empleados que se convocan y organizan hacia adentro, se atreven a buscar intereses inexistentes. Fraude, sobreprecio y otras máculas son ideas que escupen de sus bocas sin tener la menor idea de cómo trabaja este modelo.

Yo todavía creo que este país tiene más estupidez que mala fe, pero me van convenciendo de la contrario.

Sobre todo ante una prensa facilona, mediocre, espuria y acostumbrada a vender su palabra por financiamiento fácil que suele disfrazarse de pauta de poderosos. Yo recuerdo haber visto El Mundo CR muy politizado a favor del PAC, gobierno que hizo gran daño al Estado social costarricense. Lo he visto saltar de acera y redactar también sesgadamente para el chavismo y hasta me asusta ver que ataquen a la Sra. Esquivel que es de los suyos, pero aunque uno pretenda ver contradicción, no la hay.

El enemigo de ellos es lo institucional, el gasto social público en salud, educación, pobreza y cualquier otra mejora que antes procuraba darse a los deciles más débiles de la sociedad. Porque aunque a veces se sueltan un discursillo pobre, son neoliberales de cepa y esa enfermedad, cuyo vector es la ambición inmoral, nunca se cura.

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OPINIÓN/LA VERDAD QUE LES CONVIENE

 COMENTANDO:  Más que ir a fondo, hoy me asedia una duda.

Desde cuándo el criterio de verdad  establecida se aplica a indicios aportados por parte interesada?

De ser así, sería innecesarias las cortes pues todo acusado devendrá culpable.

No olvidar que desde todos los lugares se disparan sesgos para influir en la chusma, tan proclive a repetir lo que trae el viento.

Este país caza brujas, pero deja libres a los ladrones que son simpaticones con las Cámaras.

En el caso CCSS - cooperativas, la prensa escupe sobre la economía social, pero omite -arteramente, creo- el nombre de otro operador  privado: ASEMECO, la solidarista de la Bíblica que se mimetizó en el modelo para alegría de geandes intereses, con la bendición, sospecho, del PUSC.

Fuera de talanomalía, las coopes sanitarias han estado a ña suerte de la voluntad política desde siempre, mendigando contratos apenas sostenibles que apalancan con otros servicios como son las cirugías ambulatorias para ajustarse.

Era necesario pues la duración mayor de los contratos para garantizar sostenibilidad y la seguridad laboral de lis contratados, los cuales cotizan según el cartel lo pida.

Malicia hay también en que los sindicatos y prensa callen el hechp contundente del gran incremento de personal y de servicios que exige el cartel de marras y abran el pico para proferir infamiassin esfuerzo que, por defender un feudo, amenazan la estabilidad del sistema.

Todo esto pasa de lejos para gente que no quiere rascar a fondo para no ofender. Esto no se trata de militancia alguna, sino de caraduras, barras bravas, que  quieren llenar su coleto sin importar que, para ello, deban aspirar a ser ladrones de camino, viles puñaleros.

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IMAGEN/REFLEJO/VACÍO

 

IMAGEN/REFLEJO/VACÍO

 

Después de uno minutos, el gato comprende que lo que mira en el espejo no existe es una imagen.

En cambio, una persona X que camina junto a la vidriera de una tienda si mira hacia el costado ve su imagen diluida y recuerda que necesita la aprobación de los otros para alimentar su ego. No vamos a entrar a valorar si eso es fragilidad, porque lo es.

Sin duda.

El sujeto se detiene en el acto para extraer su celular y, de inmediato, sonríe.  El aparato hace clic, pero antes de subir la imagen a redes, el fotografiado la revisa. No quiere nada que vaya a generarle juicios peyorativos porque hay que existir correctamente:  peinado, bien vestido, guapo, exitoso o, por lo menos, con algunas joyas encima que representen determinado poder social.

Porque todos sabemos que el gran juzgador es el ojo y que nadie es más inepto que este sentido que todo lo califica a priori. La simpatía hacia una persona no es otra cosa que la aprobación de su fenotipo. A partir de allí recibe determinado trato y las consecuentes oportunidades que recibirá en la vida se condicionan a eso.

Uno se pregunta si el individuo que procede así, borregamente, se hará alguna pregunta sobre sí mismo. Si su proyecto de vida es interior o ha sido impuesto por el sistema.  Si será capaz de leer, de vez en cuando, más allá de la superficie.

Creo que si algo debemos temer es a la imagen porque es el recurso más engañoso y ubicuo. Sobre todo, ahora que la identidad es cajón donde dividimos a la gente según sus particularidades, cómo si las conociéramos.  ¿Qué podemos saber sobre el otro sino el mensaje estándar, prefabricado? Aquello que recibimos viene cargado de intencionalidad para ser aprobado o, bien, para modificar nuestra percepción hasta la pifia.

Dudosa suerte es la de existir porque el otro me avale. Algo de mí ha de estar muriendo cuando, para llenar mi autoestima, necesito el like, la visualización o, tal vez, el piropo y la envidia. Eso nos sugiere una vitalidad intrascendente, cuya rebeldía potencial es cero.

Y entonces, lo que queda es que somos imágenes, percepciones, autoengaño. Porque nada más lindo —dicen— que ver que el mundo se rinde a tus pies porque pareces ser el paradigma. Porque hay grilletes invisibles, tanto así que nadie a la primera va a preguntarse por qué ese sujeto suele actuar acartonadamente o ser tan predecible.

Veía unos días atrás un vídeo que contrastaba los asuntos de la posmodernidad y las tribus con el hecho de que las identidades atrapan y las diferencias, por el contrario, particularizan. No recuerdo quién era, pero de fijo, se basaba en ideas de Lyotard. A eso es lo que voy yo: las aspiraciones del ser son únicas, propias, no repetibles y no necesitan de provocar la inquisición del ojo ajeno.

Que sea idea de vivir en comunidad no sea entonces, un condicionamiento para dejar de ser así:  no normativos, no esquemáticos, no correctos y con un código de barras bajo el cuello y un sello de calidad certificada, impreso en carne vida en alguna parte del cuerpo.

Como ganado.

ESE AMOR POR HABLAR MIERDA-OPINIÓN

 Otra vez, lamento que los sindicatos se muevan por ambiciones de feudo y falten a la verdad.

Bulos van y bulos vienen, pero la historia que se cuenta es parcial, imprecisa y mala leche.

Desde la simple aseveración de Lenín Hernández donde dicta que " "los ebais no hace cirugías", lo cual contrasta con el hecho mismo de que COOPESAIN lo ha hecho durante años en contratos que la CCSS adjudica en otro cartel.

Ya sea mala fe o desconocimiento, el tonto que abra la boca arriesga tragarse una ballena y es eso lo que pasa con el señor Hernández que hoy no pelea por una causa cierta, sino por imponer la territorialidad de sus agremiados sobre la seguridad de otros trabajadores.

He olfateado por circunstancias personales el calvario que viven las cooperativas gracias a la malicia sindical. De hecho, creo que hace tiempo han debido poner las cosas en su lugar y puntualizar respuestas contra la fantasmagoría creada por parte interesada.

Han sido tan tímidos en la lid que la gente no sabe que los ebais han sobrevivido trabajando con las uñas y haciendo ajustes presupuestarios internos, pues los analistas del Estado actúan con mezquindad y luego brincan si los oferentes denuncian la ruinosidad de las condiciones.

Asimismo se dan el tupé de exigir estandarizaciones tecnológicas e incrementos de personal, los cuales no negocian. Estas imposiciones onerosas hacen ver desmesurados los montos a pagar, pero es que se está comprando dos contratos de muy distintas dimensiones. Ergo, la extensión del contrato a diez años obedece a darle viabilidad a las peticiones que, de otro modo, derivan absurdas porque el retorno de tales inversiones requiere  seguridades matemáticas, laborales, financieras.  Es esa vaina que llaman continuidad y de la que los sindicatos no parecen preocuparse mucho: prueba de ello es que el sector salud está lleno de interinos.

No omito señalar con toda la malicia del mundo que quizá el hecho de que los sindicatos amparan a laborantes del Estado convierte a toda esta narrativa en una voz condicionada y por lo mismo coincide la voz de las oficinas de contratación con la verborrea gremial.

Habría que picar más hondo y ver de dónde sacan las tarifas de referencia, las condiciones cambiarias a futuro, la estimación de los nuevos servicios, los cuales siempre han sido competitivos en las cooperativas de salud.

Yo que durante añis contrasté con el Estado y autónomas, sé que muchas se saltan la ley para tendir el presupuesto, imagino que los mueve el afán de un ascenso en el organigrama. Y, sin embargo, hay leyes, sentido común y criterios de sostenibilidad de los cuales, estos dirigentes que han perdido el pensar de tanto pensar sin entender, no parecen preocuparse.

Chuminosmás, chuminos menos. Esta vez lo que juegan los sindicatos es filiación y cuotas.  Dinerillo que su caes en la trampa, se te va de la planilla y nada cambia.

Verdad que cansa.

The Backwater gospel (español) (spanish)

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De años idos